sábado, 22 de octubre de 2011

Casi la capitulación

Bajo la luna llena, cuando la ciudad parece muerta, ella baila un vals con un extraño. A lo lejos corre un perro, en busca de su sustento, y ella sigue bailando con el hombre equivocado. Todo es quietud a esas horas y no hay ningún testigo; al final del viejo vals él le pide lo mismo que otros tantos le pedirían a una mujer tan hermosa. Ella con todo decoro se niega, mientras se sonroja. Él es paciente y sabe que aún tiene mucho tiempo por delante. La abraza con fuerza e intenta robarle un beso; ella se inquieta y, nerviosa, le empieza a seguir el juego. Aún faltan horas para que salga el sol, pero de algún lugar grita una gruesa voz: “¡Déjala cabrón!” Y el ensueño se rompe para esa noche, bajo la luna llena, cuando la ciudad parece muerta.

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