A la que conocí en un bar, todo a media luz, bebimos seis tequilas, palabras en alud, cuando desperté y la vi a mi lado, incluso pensé que me la habían cambiado.
A la que conocí en la disco, dijo que quería todo conmigo, aunque no me gusta bailar, en toda la noche no paramos de girar, a la mañana siguiente amanecí mareado, sentí que caminamos mucho sin llegar a ningún lado.
A la del restaurante, la creí buena persona, con su cara linda y su bolsa oscura, me dejó pagar la cuenta y me benefició con la duda, de ella no tengo queja pues resultó ser muy franca, por eso cuando me dejó regresé a las vacas flacas.
A la que conocí en el café le regalé 13 cigarros, cuando salimos de ahí, teníamos los ojos ahumados, con tanta tos no hicimos demasiado y entonces decidí dejar de buscar en los antros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario