domingo, 23 de octubre de 2022

Charlie Marks & the Opius Dei

 

Gurús del metal y del reguetón

Eclécticos como la Liga de la Injusticia

Convenencieros como políticos ante mejor postor.

Charlie Marks & the Opius Dei

Es la banda que vuelve a originar desbandadas

Punk trans subte indie rock folk y boleros

Rancheras trash tangos jazz y valses para fiestas

Son un fenómeno viral más mortal que cualquier enfermedad

A la hora de tirar dogmas ni la papa caliente de baticomio los iguala

Los predijo un dama en Međugorje bajo el sol

Los llamó Maitreya, pero en estos tiempos, ¿quien exige precisión?

Charlie Marks & the Opius Dei

Son progres y conservadores a la vez

Wokes LGTB+... etc. etc. Predicadores de la ciencia

Ateos espirutuales panteístas

Monocíclicos y cerrajeros de las puertas de la percepción

Trinitarios o binarios cuaternarios, dependiendo de la dirección del viento

Defienden cualquier derecho, sin obligación. ¡Son perfectos!

Charlie Marks & the Opius Dei

Los últimos dioses del rock de estadio

Ahora que las pistolas están oxidadas y rosas secas

Que no hay cura y los pimientos se enfriaron

Que las piedras han dejado de rodar

Tú también podrías ser intrascendente

Pero tienes salvación si escuchas la verdad, en la boca de

Charlie Marks & the Opius Dei

¡Muy pronto cerca de ti!

Opius Dei

Límites

 

En el umbral de la noche y el día
Del dolor y del placer
De la muerte y la vida
Y del eterno renacer

En la línea que divide
Tu libertad de la mía
Tu llanto de mi risa
Tu conejo de mi contento

Allí donde se unen o separan
Tus curvas y tu espalda
La espada y la pared
El odiar y el querer

En la frontera del sueño y la vigila
de la libertad y la posesión
de la intención y el acto
del rompimiento y el pacto

Ahí reside la nada
y comienza el infinito
principio del más allá para que al final
la nada volvamos a encontrar.

domingo, 10 de julio de 2022

La naturaleza de los deseos

 A lo largo de la vida, como cualquiera —como cada uno de los que conformamos ese mazacote llamado "todos"—, he deseado muchas cosas.

He pasado gran parte de mi existencia elaborando largas cadenas con eslabones de deseos.
Muy pocos, realmente un indecente índice pigmeo —por estatura, mas no por etnia—, de esos deseos se han realizado.
Sin embargo sigo respirando y sigo deseando. Imagino que es parte de la vida.
Ahora no deseo conscientemente, salvo en raras ocasiones:
Cuando la lujuria me ataca ferozmente de nuevo, haciendo que me olvide de las enseñanzas del Buda.
Cuando me topo con gente más vil y mezquina que yo, pensando que ojalá fuera un Harry Potter con varita de Némesis.
Siempre que pago mis impuestos.
A veces deseo el Armagedón y el fin del mundo mormón, como me lo enseñaron cuando asistí a la escuela de la Iglesia los Santos del los Últimos Días.
También llego a desear la Paz Mundial, pero casi nunca, pues en raras ocasiones deseo cosas imposibles.
Sigo respirando y sigo deseando. A veces trabajo para tratar de alcanzar mis deseos, otras espero un genio al estilo de las Mil y Una Noches que venga a servirme, pero en cuyo contrato no haya letras pequeñas.
¡Ay de mí, tan egoísta!
Si hay conciencia después de que morimos —al cambiar de plano, como dicen algunos—, me temo que entonces seguiremos deseando, no sé qué, pero me sospecho que así será.
¿Será que el universo es un deseo infinito?
https://sites.google.com/site/1001arabiannightsstories/_/rsrc/1303146157343/the-story-of-the-merchant-and-the-genie/fisherman_genius.jpg