Perdido en la lluvia de cuervos, dejando de lado los dados cargados y los encargos dados. Perdido en mis ilusiones de falsedad, que preferí a lo real de las cosas, tratando de ganarme la amistad del ratón blanco para poder salir de ésta. Soñando que no era ella en quien soñaba, pensando que el error se cometió a pesar de la claridad, intentando recordar cómo se olvida, para no recordarla; así es como están las cosas flotando con gravedad. No me creo lo que dicen que dijeron las cartas, ni me creo lo que con luz tartamuda me dicen las estrellas fijas, no me creo las verdades que me digo, mucho menos creo ya en mis mentiras. Llorando como el niño pequeño, sin ganas y por mero compromiso; tratando de entender qué fue lo que no salió bien desde el inicio de los tiempos; haciendo como si la historia no hubiese sido un histeria, tratando de no compararme con ese ni con aquél. Queriendo recordar cómo se supone que era yo, imaginando el personaje que quise siempre ser; evitando demandarme a mí mismo por impostura; obviando las cosas que me enseñaron en la escuela. No me creo que la culpa haya sido sólo mía; ni me creo que ella deba cargar una cruz; esperando volver a toparme con el sentido de la libertad; así es como están las cosas flotando con gravedad.
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