Una vida plena. Me demostraste con el ejemplo, antifariseo, que el éxito es personal y no tipificado masivo establecido. Al final, pasar por esta vida debe ser vivir y no ser una sombra gris. Vivir, como lo hiciste ‘a tu manera’. Al final algo queda, cuando el que vivió se va y la ausencia se resiente. No siempre te entendí, pero hice todo lo posible para respetarte. En la balanza de la imperfección natural, pesan más tus cualidades que los defectos que tuviste. Ahora sólo me entistece tu ausencia, pero me alegra que hayas cumplido tu ciclo, de manera tan completa. Parafraseando tu tango, 70 años son muchos, y nada a la vez; ahora probablemente no te veamos ‘volver’. No hay mucho que decir además de “gracias”. Si las cosas siguen después del último día, te deseo buen viaje, y hasta la vista. Te quiero.
1 comentario:
quedan los recuerdos
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