Es una bella mañana de otoño, engalanada con atractivos colores desde el amanecer. Presencia de la naturaleza que reta y vence a las construcciones humanas. Mira al cielo, al que no hemos llegado realmente, y verás por qué sospechamos que existe un dios.
Es una bella mañana de otoño que transcurre con cielo azul y despejado, con una claridad a la que deberían aspirar nuestras ideas y una frescura que alienta a seguir adelante.
Es una bella mañana a la que sólo le falta tu presencia. Tu porte y tu mente, hermosura y personalidad, que enriquecen y aportan, tu modo de ser natural y el tesoro de tu conversación que ayuda a crecer a quien tiene la suerte de escucharte.
Es una bella mañana de otoño, que te evoca, porque eres parte importante de la vida, la haces más completa; tú que también puedes ser prueba de una generosidad divina.
Una bella mañana de otoño...
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