martes, 10 de junio de 2008
El Diablo y la mujer
Un tren lleno, todos sus pasajeros mirando al vacío, el Diablo lo abordó buscando hacerse de amigos. Sería simple decir que todo fue un sueño, pero tratar de aplicar la lógica aquí sería malo e incorrecto. En ese lugar abajo era arriba ¿no te suena familiar esta línea? Armado de valor el Diablo convenció a una mujer, “nada te hace débil”, le dijo, “tienes su mismo poder”. Ella sorprendida dejo caer al suelo la rosa, y podrá esperar mil años sin que él la recoja. En este lugar las entradas eran salidas, ¿no resulta familiar esto en tu vida? La mujer cuyo trabajo era expulsar borrachos, usaba bigote, pantalón y unos guantes baratos. Hacía no mucho tiempo que ella intentó aprender a boxear, pero no fue aceptada por ser menor de edad. En este lugar te insultan sonriendo, ¿no te resulta conocido lo que estás leyendo? El Diablo la encontró y le dijo: “eres todo un caballero, pero disculpas te pido por no darte dinero”. Ella respondió: “¿por quién me has tomado?, soy toda una dama aunque parezca lo contrario”. El hierro dijo enojado al imán: “puedes atraerme pero no me puedes sujetar”. Un loco dijo, con demasiada razón: “la mujer no puede vivir solamente de amor”.
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