Es curioso que las canciones más tristes y trágicas son las que más gustan a la gente. Curioso resulta olvidar las felicidades que nos han pasado recientemente, o bien magnificarlas conforme pasa el tiempo. A la tristeza le pasa lo contrario, pues siempre en el presente es inmensa y se va haciendo pequeña conforme transcurren los años. Curioso es el pensamiento acerca de la belleza física, que cuando se tiene se le considera eterna, siendo tan efímera, y cuando se pierde es cuando se le empieza a valorar. Lo mismo le pasa a la juventud. Extraño es que si un grupo de personas lucha por un fin común, si esa lucha dura demasiado el grupo se dividirá, aunque cada fracción siga pugnando por la causa original. Curioso es que se le llame sentido común a esa lógica básica que es tan infrecuente en la gente. Extraño es que muchas personas piensen que el día de su boda es el día más feliz de su vida, siendo que lejos de ser una meta, es apenas el principio de algo. Si los que piensan que la boda es el día más feliz de su vida fueran coherentes consigo mismos, entonces se suicidarían al terminar la luna de miel. Es raro que a pesar de ser todos tan iguales, nos sigamos empeñando en creer que somos totalmente distintos, que siendo tan distintos nos empecinemos en declararnos iguales, y que las mayores penas no son las de los demás sino las que a nosotros aquejan. Es curioso que aun sabiéndonos tan imperfectos creamos que Dios es perfecto, o que tengamos el descaro de decir que nos hizo a su imagen y semejanza. Es extraño que entre más viejos somos, más apego le encontramos a la vida. Es raro que quien se autoproclama sabio resulte en realidad ser un gran idiota. Es raro que se me ocurra todo esto de la nada y que seguramente lo olvidaré mañana.
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