Una oportunidad para la demostración, prometo no negarte aunque el gallo insista en cantar. Te necesito conmigo, necesito la fe. No habrá más sorpresas, todo será nuevo, aun dentro de los encierros. No importa cuántas beses te bese, no será suficiente, necesito desterrar la soledad. En la antesala de lo eterno sigo esperando por ti, para brindarte algo absoluto donde abunda lo relativo. Responde como quieras, con un gesto o con palabras, ahora satisfecho quedaría hasta con un leve suspiro. Entre “lo siento” y “adiós”, está el momento más difícil. Entre “te quiero” y “mi amor” se ubica lo que todos dicen. Entre “te espero” y “te ayudo” encontramos lo que menos se cumple. Entre “mucho gusto” y “encantado” verás lo que por educación se escupe. Necesito tu certeza, el alivio de tus miradas. El camino de la mujer es como un rastro en el agua, es preciso que seas la solución a los males que has creado en mí. Necesito tu certeza en este fango de dudas, requiero de tu apoyo para seguir avanzando. No me importa dejar mi corazón en tus manos, mientras creas en mí y no sientas que es en vano. Entre el cielo y el infierno encontramos nuestros cuerpos. Entre el amor y la lujuria danzan los deseos. Entre lo genial y la locura hay el grosor de un cabello. Entre la bondad y la virtud está lo que el mundo más desprecia.
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