miércoles, 27 de enero de 2010

De amor escuché una triste historia

El orgullo y la dignidad pueden ser cosas tan distintas como la noche y el día, y de todas maneras muchos no sabemos distinguirlos. No importa que uses gafas con cristales de fondo de botella, puede que te resulte difícil decir cuál es cual. Alguien dijo que el matrimonio no es un fin, sino un mero principio, quizás una libertad, mientras otro más me dijo que preferiría ser esclavo de un final eterno a casarse hasta que la muerte lo separe. Hay cosas que se arrastran siempre a lo largo del tiempo, entre ellas están los juramentos y las sombras (¿nada más?). Las verdades pueden llegar más allá de lo que nuestros ojos perciben, y muy poca gente sabe expresar lo que lleva dentro. En muchos ejercicios verbales podría decirte todo, sin que eso signifique algo, a la vez podría no decirte nada y con ello significar el todo. La imaginación muere o se atrofia, si no se ejercita, y nuestro mundo mata a quienes imaginan. La dulce inocente pregunta: ¿qué es en realidad la vida?, pero al responderle no deja de tragar y tragar saliva. El poeta frustrado se llega a hacer la misma pregunta, terminando suicidándose tal y como el que busca el significado de la eternidad. Ahí va la joven que se construye a su príncipe azul, sin notar siquiera que frente a ella estás tú. Miopía y tu utopía. Lo que no debe ser, jamás debiera deber y es una pena que pierdas lo que tenías ayer. El viejo iluso revive artificialmente sus memorias color marrón, puliendo sus medallas de latón viejo. El chino pidió “más aloz”. Sin que lo notara el futuro del viejo ya es su pasado, y tú sigues esperando a tu príncipe adorado. Dulcinea ignora a su quijote, todos se cansan de esperar, cansados ahora sí podemos definir la libertad: es optar por no hacer nada tratando de definir qué hacer. Yo me conformaría con hablar tu mismo idioma y permanecer contigo, pero sé que jamás será lo que no hayas admitido. El Cupido Fracasado seguía brincando y sólo se detenía para limpiar sus gafas de cristales de fondo de botella (¿y a quién le importa en realidad?).

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