Conozco a personas que se les fue la vida echando humo, quienes murieron tras apagar su último cigarro; y a otros que viven sólo cuando se sienten productivos y se mueren fuera del horario de trabajo. He visto a quienes creen vivir sólo cuando lo hacen en función de otras personas y llaman amor a la obsesión con la que tratan de llenar sus vacíos. Hay quienes viven sometiendo, otros viven rogando, unos se la pasan derramando lágrimas y otros más dando vueltas en enviciados círculos. Unos viven cantando y bailando, pero se mueren cuando no escuchan aplausos. Conozco a gente cuya vida se les va en sueños y otras que se pasan la existencia mirando al suelo. No faltan quienes pasan los años buscando respuestas a preguntas insensatas que no llevan a ningún lugar; mientras otros se la viven únicamente pensando en qué hay después de la muerte. He visto a los que pretenden vivir a través de la televisión y otros que se mueren por exceso de salud. He visto gente cuya vida gira sólo en torno al sexo y que al llegar a cierta edad se declaran formalmente muertos. A mí se me va la vida escribiendo acerca de cómo van las existencias de los demás, total que al final parece que casi nadie sabe vivir.
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