Mis dotes de domador se me acabaron cuando luché con un león, y sin embargo ahora me retas a domar tu corazón. Perdí mi vocación de mago cuando me enfrenté a una experta bruja. Ahora me pides que saque un conejo de mi chistera. Ya estaba cansado de todos esos trucos y hazañas, pero por ti, querida, lo vuelvo a hacer hoy y mañana. Creí haberme quedado mudo cuando competí con la reina del verbo, a pesar de eso puedo expresarte de 42 maneras lo mucho que te quiero. Suponía que estaba cansado tras correr por todo el mundo en pos de una gacela, pero tú me pides que te siga de noche y de día antes de invitarme a cruzar tu puerta. En verdad yo creí que no volvería a hacer semejantes hazañas, pero por ti querida, lo vuelvo a hacer hoy y mañana. Mis cartas de amor las creí muertas cuando se extinguió el correo. Las promesas que hice me pareció haberlas hecho con la permanencia del viento; pero tú me pides cartas, poemas y promesas en papel y susurradas a tu oído. Sabes que lo haré por lo mucho que quiero que estés conmigo. Yo suponía que ya no tendría que hacer el ritual para conquistar un alma, pero por ti, lo hago con gusto hoy y lo vuelvo a hacer mañana. Pensé que había perdido mi fe y mi confianza en toda la humanidad, pero contigo la luz brilla de nuevo y nada me parece igual. Tengo esperanza en la gente y el mundo ya no es tan malo, al conocerme has traído contigo tu tesoro, el cual espero administrar bien. Yo creí que nunca volvería a amar a ninguna y a nada, pero por ti, querida, lo hago hoy y con gusto lo vuelvo a hacer mañana.
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