miércoles, 9 de junio de 2010

Trinidades en partes iguales

Confucio NO inventó la confusión, sólo le puso nombre. No esperes gran cosa de la aspirante a reina de belleza, más vacía que una aspiradora eficiente, aunque igual nos engaña, y su mente funciona a partir de las nueve. No esperes gran cosa del rey feo en el carnaval, que vale lo que la popularidad reintante le permite. Para el miércoles vuelve a ser el campanero despreciado sólo atractivo para quien tiene zoofila sifilítica. Profilaxis epiléptica sicalíptica. Aprender a vivir con uno mismo no es asunto sencillo, y se complica cuando se intenta convivir con todas aquellas personas que están fuera de la frontera de la propia piel. No hay caseta, ni puesto froterizo, sólo cada quién por su cada cual. No es multiplicación, más que de obstáculos y problemas, pero a veces... A veces marean los malabares del “como creo que soy”, “cómo me perciben” y “lo que en realidad soy”. La verdad está formada de un poco de las tres. No soy un oso, ni un delfín ni un atún apestoso, en las orillas petroleras de un Golfo chamuscado. Quemar puentes y naves sólo es efectivo cuando de verdad sabes que ya no vas por ciertos rumbos. Pero te hace construir balsas endebles si la seguridad era sólo un espejismo, terminas dando tumbos en el fondo sin fondos. Ojalá no me hubiera deslumbrado en vano tantas veces, ni otras tantas de manera innecesaria, disparar adioses. El oro no es pirita, y no todo lo dorado se debe adorar. No aspiro a la santidad, ni ningún polvo; pero tampoco quisiera hacer mal a nadie. Antes del mal, mejor la indiferencia o la invisibilidad. No quiero matar cabras con la mirada, ni espero que ningún cabrón me mate (aunque ganas no le faltan a dos o tres... si supieran que ni caso tiene). Tampoco es recomendable analizar hasta el cansancio cada paso que se va a dar, ni dudar a cada rato. Descartes a veces descartaba su corazón, y en la manga no tenía a la reina roja del palo mayor. Trato de romper el guión preescrito de mi vida, para proscribirlo, y reescribirlo día a día. T.S. lo dijo creo que en una P.S., el ayer ya no es, el mañana aún no llega, sólo tenemos el hoy. Tenemos la experiencia y los sueños, que igual deberíamos mezclar con la realidad. Soy parte mi padre, soy parte mi madre y parte yo. Todo está dicho. Adiós.

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