martes, 14 de abril de 2009

Ocaso

Mis botas de viajero ya están muy desgastadas. Recorrí el mundo sin encontrar lo que buscaba. Sólo descubrí que pese a los colores, las costumbres y los idiomas, todos somos iguales… en el fondo. Los paisajes pueden cambiar, escenarios fuera de los teatros artificiales. En algunos lugares hace más calor que en otros. Pero las personas somos en el fondo iguales, sin importar en dónde estemos. Me alejé de la casa de mi padre con soberbia. Hasta hice perdidas las llaves. Pasaron muchos años y me encuentro de nuevo tocando a su puerta. Ahora está cerrada, ¡qué extraño!, él dijo que siempre estaría abierta. La reina María me cortó de su corte, argumentando que los años comienzan a oler en mí. Sé muy bien que hubiese olido mejor si mis bolsillos hubieran tenido algo que ofrecerle. En las calles aquellos que se abstenían de clavar sus dagas en mi espalda ahora me han perdido todo el respeto. Alfiletero humano. Imagino que es el pago que tengo que dar por haber satisfecho mi curiosidad. Mis amigos son hoy sólo nombres grabados en piedras que están sembradas en un campo que no suelo visitar. Tengo frío, aun bajo el mediodía del desierto, siento que hasta mi alma se me quedó en otro lugar. Ojalá pudiera decir que estoy arrepentido, pero todo fue bueno mientras duró. Todo tiene su tiempo y yo bebí con demasiada prisa. Lo que me asusta es lo que queda por vivir. Por eso estoy aquí, afuera de la casa de mi padre, para ver si es cierto lo que de él entendí.

3 comentarios:

Gittana dijo...

Que triste... será que te decidiste a regresar cuando ya es tarde???
Despues de un largo tiempo, justo cuando creemos que las lecciones dadas por nuestros han sido pasajeras, nos damos cuenta de que tarde te llega la razón...
Aún las puertas estaran abiertas, tambien el corazón... pero y si no estan ya para recibirte...

Acaso se te hizo tarde?

Jo dijo...

siempre hay tiempo aun en el ocaso preciso... siempre a todos nos llega a tiempo.

Cecy dijo...

Quizas debas cambiar de botas, unas nuevas mas comodas para emprender el viaje, los caminos de la vida, no se terminan en un solo lugar, creo.

Besos.