Bailar, cantar, escribir poemas, elegir pareja y olvidar errores. Pintar, patinar, ni siquiera sé nadar. Declamar, recitar, citar y tocar un instrumento, incluso el órgano privado de alguna catedral. Beber, creer (porque creo demasiado), dudar (porque dudo demasiado) y esperar (a pesar del tiempo pasado). Decirle a una mujer que la amo y actuar de acuerdo a mis palabras. Calcular y pelear. Pensar y ser ocurrente al instante. Sospechar que me mienten presentir lo que otros sienten. Comprometerme por un papel, garantizar por escrito, gritar a los cuatro vientos y profetizar palabras divinas. Armar rompecabezas, remendar mi corazón cuando se rompe, romper con rutinas y alejarme de quien en verdad quise. Conservar la dignidad (si es que algo de ella me queda), todo eso hago mal y sin embargo… me muevo. Un día menos y un drama de más.
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