Exigiéndole a Cordelia cantidades medibles de amor. Insensatez absoluta. La libertad no se puede encadenar, aunque todos tratamos de atarla (o matarla, dependiendo de la gravedad del ocaso). Hay un réquiem flotando en cada cosa viva, desde el día en que ésta nace, y un viento que esparcirá las cenizas de lo que fue, e incluso de lo que nunca llegó a ser del todo. Exigir garantías al fabricante de la existencia. Insensatez absoluta. Sólo una cosa es segura, y ya fue mencionada. Temida porque es cambio o porque es la cesasión de todo. Eterno descanso, que ojalá sea un sueño. ¿Pero si ésto que llamamos vida es en realidad un sueño? Arriba es abajo, y no hay lados, no es recomendable tomar partido, pero tampoco se puede ir siempre contra toda corriente. Tan bien que estaba yo creyendo todo el Eclesiastés. Pero mientras respiras, no hay nada definitivo, y sólo una cosa segura. Insensatez absoluta.
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