miércoles, 30 de abril de 2008

¿La realidad verdadera?

Sueños. Fuga nocturna. Rompecabezas de impresiones que no embonan muy bien, o que embonan perfectamente. Proezas imposibles, consumación de pasiones que nos niega la vigilia. El sabor de las mil muertes y volar sin tecnología alguna. Seres queridos resucitados, seres alejados de vuelta contigo. A veces malas experiencias, el encuentro cara a cara con algo más feo que la maldad. No me gustan cuando son producto de la fiebre. Convivencias descabelladas, terrores de los que puedes escapar en el último segundo, o abrazos ansiados, en el día frustrados, de los que no quisieras desatarte. En mi caso, cadenas largas de incoherencias barnizadas con su propia lógica. Sólo despierto es que logro descubrir sus absurdos. Para mí los sueños son necesarios, no le creo a quien me diga que son un desperdicio de mi tiempo. Quien dice eso no ha aprendido a valorarlos. No podría yo vivir sin ellos, por eso ¡que vivan los sueños!

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