Quisiera decir que ya no pienso en ti, pero te sigues apareciendo en mis sueños y te miro en cada tres de cuatro parpadeos en mi vigilia. Quisiera decirte que te he olvidado, pero justo contigo fue que me acordé cómo se recuerda. Se que los momentos a tu lado no fueron perdidos, y sin embargo me perdí de ti, extraviado y sin mapa con la brújula rota que dejó de apuntar a tu punto principal. Si pudiera retroceder el tiempo lo haría, hasta el momento en que de manera escalonada te conocí, aunque seguramente haría lo mismo que hice, pero tratando de hacerlo mejor. Lo que me pregunto es ¿por qué tuvo esto que acabar así? Los títulos finales de la película los siento antes de tiempo, apenas rugía el león y ya estaba terminando la función. No hay arrepentimientos ni rencor, sólo esta incómoda situación de que estás lejos de mí, en kilómetros y en sentimiento, si supieras cuánto lo siento. ¿Hicimos lo mejor que pudimos?, ¿nos aferramos a lo imposible? Extrañas jugadas que a veces nos hace el destino, con su humor más negro que el carbón, y en nuestro caso prometía ser diamante. ¡Lo que aún nos queda por ver! Cosas que quisiera y otras que, sin quererlas, sucederán. Caras nuevas, días soleados, y sin embargo sigo creyendo que la cara más hermosa es la tuya y que sin ti el sol no brilla ni siquiera como la luna. Quisiera muchas cosas, ya hasta le escribí a los Reyes, pero siempre lo primero en mi lista es pedir que podamos volver, sin la frente marchita y de ser posible antes de 20 años, que sí son algo.
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