Había una mujer que solía soñar en cualquier hora de su vida. Había un hombre que sabía decir mucho más de lo que sentía. Sueños y palabras, no difieren mucho en eso de que a veces distan tanto de las acciones. Semillas de decepciones. Hubo una historia como muchas otras más, con personajes similares a los que acabo de esbozar. La mujer suspiraba sin motivos. El hombre jugaba con las palabras para decir lo mismo. Más temprano que tarde alguien se cansó del juego, mientras otra persona arribó al baldío desolado. Pudo llegar la indiferencia puntual, pudieron haber guerras para llegar al mismo lugar. Alguien en algún otro sitio reinició el juego. Sonrisas, besos, regalos y compromisos. Finas lociones, perfumes, pero todo es igual. Historia que no tiene principio real, historia que tampoco tiene final.
2 comentarios:
El habia que todos vivimos en el tiempo... etterno tiempo, etternidad que diambula en un negado final feliz...
Soy de soñar al respirar.
La falta de final, me hace suspirar.
Facinante la verdad.
Un beso.
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