De la obsesión amorosa al odio intenso tan solo hay una pequeña distancia. Extrañas enfermedades del alma que sólo el tiempo y la suerte pueden curar. Hay quienes prefieren soportar las peores humillaciones antes que sufrir la indiferencia, hay quienes prefieren vivir como lo hacen las piedras. Entre la adoración extrema y la repulsión excesiva sólo hay una separación que mide lo que el grueso de un fino cabello. Aleja de tu persona, como a la peste, cualquier verdad a medias. Huye de la duda. No esperes a que se mueran los mejores sentimientos. No dejes que fallezca el afecto. Muchos se han preguntado lo mismo a lo largo de la historia, y los que pudieron evitar el crimen se lo siguen preguntando: ¿adónde se fue el cariño? Esos momentos de felicidad sobrehumanos se convirtieron misteriosamente en tormentosos recuerdos que te impedirán volver a ser la misma persona. Por eso no dejes que la marea de las dudas termine ahogándote y destruyendo tu sentimiento.
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