No te prometo nada que ni pueda ni quiera darte, ni me regresaré a mi encierro para dejarte ir; sólo debes poner lo que está de tu parte para ver si cumplimos lo que nos dicen que es bueno. No negaré tu libertad y respetaré tus ideas, quizás ya no escriba tanto acerca de ti, el que no te mencione siempre no debe ser tomado como si te hubiera olvidado. Ahora no sin sólo palabras para quedar bien, tampoco promesas que se deslavan con la primera lluvia, vayamos juntos hasta donde nos lleve el tren, y después de eso, pues ya veremos qué.
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